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EL MODELO KAWA (RÍO)

THE KAWA OR RIVER MODEL OF OCCUPATIONAL THERAPY





 

 

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Autor principal: Dr. Michael K. Iwama. Profesor de la University of Toronto, Canadá.

Autor colaborador: D. Salvador Simó. Profesor de la Universitat de Vic, España. Coordinador del grupo de investigación Ciencia de la ocupación.

Como citar este documento:
Iwama MK, Simó Algado S. El Modelo Dawa (Rio). TOG (A Coruña) [revista en Internet]. 2008 [fecha de la consulta]; 5(8): [24 p.]. Disponible en: http://www.revistatog.com/num8/pdfs/modelo2.pdf

 

Texto Recibido : 01/06/2008
Texto Aceptado:
30/07/2008

 

Este articulo está tomado de la obra Kronenberg, Simó Algado y Pollard "Terapia ocupacional sin fronteras". © Editorial Médica Panamericana
Para más información del libro: http://www.medicapanamericana.com/boton.act/masinfo.asp?libro=976

Para más información sobre el modelo Kawa:
http://www.kawamodel.com/

Agradecemos la disposición de  Panamericana en la cesión de estos contenidos teóricos para ser publicados en Revista TOG

 

 

 

RESUMEN

En la práctica de la terapia ocupacional se pueden superar las barreras culturales cuando los terapeutas ocupacionales piensan de una forma creativa y van más allá de los modelos y marcos de referencia, con sus consiguientes creencias. En el presente artículo, el autor principal nos presenta y describe el modelo kawa o río de terapia ocupacional, desarrollado por un grupo de terapeutas ocupacionales japoneses en respuesta al reto de encontrar un modelo para la práctica relevante y culturalmente seguro que encajara con la realidad diaria de sus clientes. El modelo surgió del contexto social japonés y utiliza conceptos extraídos del léxico japonés, emana de una estructura que discrepa del conocido modelo racional científico. La utilización de la naturaleza como metáfora común en el modelo crea un foco de armonía entre el sujeto, que puede ser una persona, grupo, comunidad u organización, y el contexto, encajando bien con la cosmovisión propia del Asia oriental. El modelo kawa ofrece un marco de referencia que afirma y desarrolla la importancia del mundo de significados del cliente, y muestra a los terapeutas ocupacionales la importancia de reconocer y responder a las diferencias culturales.

 

 

SUMMARY

Cultural borders can be transcended in occupational therapy practice when occupational therapists think creatively beyond the usual frameworks and models, with their underlying assumptions. In this article chapter the main author introduces and describes the Kawa or river model of occupational therapy, developed by a group of Japanese occupational therapists as a response to the challenge to find a culturally safe and relevant model of practice that accorded with the day-to-day realities of their clients. The model arises from the Japanese social context and uses concepts drawn from the Japanese lexicon aligned in a structure that diverges from familiar scientific and rational form. The use of a common metaphor of nature in the model allows a focus on harmony between the subject, be it person, group, community, or organization, and the context, and fits well with the East Asian worldview. The Kawa model offers a framework that affirms and brings forward the importance of the client’s world of meaning, and shows occupational therapists the importance of recognizing and responding to cultural differences.



Introducción

El potencial de la terapia ocupacional se ve amenazado cuando las ideologías que la impulsan dejan de estar en sintonía cultural con la realidad diaria de las personas a las que atiende. Aquellos de nosotros que hemos estudiado la tera­pia ocupacional dentro del contexto social que la creó y la desarrolló, puede que nunca hayamos tenido que contemplar su posible irrelevancia y efecto debilitador en otros contextos. Estas afirmaciones pueden resultar sorprendentes para quienes practican la terapia ocupacional de un modo altruista, dedicándose a empoderar, emancipar y capacitar a sus clientes para conseguir un mayor estado de bienestar. Sin embargo, a pesar de estas intenciones tan nobles, la terapia ocupacional convencional, construida sobre unas normas culturales occidentales y universalmente aplicadas en otros contextos culturales sin adaptación, puede conseguir justamente el efecto contrario al deseado. Estos posibles efectos deben ser considerados si la terapia ocupacional, con todos sus rasgos culturales tácitos, pretende practicarse sin fronteras.
Como la terapia ocupacional continúa cruzando límites culturales gracias al desenfrenado progreso tecnológico y a la globalización, existe una urgente necesidad de ir más allá de la mera adaptación de su forma y tecnología, para satisfacer las necesidades en los diferentes contextos prácticos potenciales. Los terapeutas ocupacionales y las comunidades a las que sirven puede que necesiten analizar la ideología, la epistemología y la teoría de la terapia ocupacional importada de un modo crítico, y participar en construir adaptaciones culturalmente seguras (1) y enfoques que reflejen y satisfagan las necesidades en sus diversos contextos.

Ya no podemos continuar trabajando en realidades culturales

que son diferentes de la nuestra –si difieren en origen étnico, clase socioeconómica, género, orientación sexual o principios políticos, etc.– y simplemente decir o instruir a otros sobre cómo comprender y aplicar nuestras verdades en sus realidades. Tales actos subordinantes reflejan una actitud colonial, y debilitan notablemente la búsqueda de una terapia ocupacional centrada en el cliente. En realidad, los ideales principales basados en la perspectiva del mundo y experiencia occidental no son necesariamente compartidos de forma universal por otras culturas. Estos ideales son: autonomía, narcisismo y determinismo individual, control racional, un yo diferenciado de la naturaleza, y la temporalidad futura, entre otros, que son evidentes en la estructura misma y el contenido de la teoría actual de la terapia ocupacional, y que necesariamente no se comparten por otras culturas.
Como pasa con la práctica cuando se carece de un marco de referencia teórico adecuado para explicar, guiar, y predecir sus resultados, puede aparecer una laguna entre los ideales de la terapia ocupacional y las visiones del mundo de los clientes que no están dentro de la corriente cultural dominante, así como de los significados de sus experiencias diarias. Por consiguiente, hay una necesidad fundamental de construir una teoría y unos modelos para la práctica culturalmente seguros (2), especialmente cuando se practica la terapia ocupacional en contextos no convencionales, como en las situaciones donde las experiencias de los clientes yacen fuera de las normas sociales, culturales del americano medio (3).

Este artículo resume de una forma breve el modelo kawa (4), que representa un intento por parte de un grupo de terapeutas ocupacionales japoneses de desarrollar un modelo conceptual de terapia ocupacional con relevancia cultural. Este trabajo se inició hace casi nueve años por un profesor de terapia ocupacional nipo-canadiense en asociación con terapeutas ocupacionales japoneses que tuvieron que enfrentarse al problema de intentar asimilar y aplicar teorías de terapia ocupacional importadas a sus realidades prácticas diarias. Sin guías teóricas significativas que avalaran sus iniciativas profesionales, muchos terapeutas ocupacionales japoneses describieron que tenían que recurrir a enfoques técnicos que estaban basados en modelos médicos y de rehabilitación. Tuvieron dificultades para explicar a sus clientes y compañeros lo que era la terapia ocupacional de una forma significativa. Como consecuencia, manifestaron que estaban padeciendo una crisis de identidad profesional, agravada por la confusión de roles. La mayoría sentía culpabilidad por desarrollar una práctica basada en unos ideales y mandatos profesionales que causaban confusión o iban en contra de la cultura de sus clientes o de su mundo de significados de la vida diaria.

El modelo kawa constituye de varias maneras una incorporación novedosa al progreso del desarrollo de la teoría de la terapia ocupacional convencional. Primero, se considera el modelo, fundamentalmente, como un trabajo de relevancia cultural y seguro, que ha surgido del contexto social japonés y utiliza conceptos extraídos del léxico japonés, y que emana de una estructura que discrepa del conocido modelo racional científico. Kawa es la palabra japonesa que designa río y es una metáfora conocida de la vida. Puede que los lectores inmediatamente asocien algunas de estas características con los elementos filosóficos orientales observables en ideologías budistas (particularmente relacionadas, pero no limitándose a la Mahayana y Zen) así como con las éticas Confucionista y Taoista, pero en último término las asociaciones variarán inevitablemente según los marcos culturales de los terapeutas.

Segundo, éste es un modelo que surgió del contexto clínico-práctico mediante métodos naturalistas y cualitativos, con profesionales (y clientes) que tenían una limitada experiencia académica. De este modo, el modelo está cimentado e inspirado por las realidades prácticas de la terapia ocupacional. Debería ser evaluado fundamentalmente acorde con su utilidad y significado en el contexto práctico.

Tercero, la estructura interior y las dinámicas del modelo también discrepan de la teoría cuantitativa convencional. Los marcos de referencia explicativos, que se basan en lógica matemática y física, con frecuencia, se ponen en entredicho
cuando se emplean con el propósito de explicar universalmente las complejidades de las experiencias subjetivas del ser humano y las cuestiones de significado fenomenológico. Temas como el «ser», la «ocupación», o el concepto de espiritualidad, como ejemplos, con sus complejas construcciones culturales, se extienden más allá de los límites predictivos de la teoría empírica. El modelo kawa carece de postulados explícitos, rígidos y universales. No hay cajas conectadas por flechas direccionales o lineales, ni ninguna dependencia de metáforas racionales, artificiales o mecánicas (como «sistemas») para explicar su dinámica. El punto de partida del modelo kawa, desde el panorama científico convencional, es posible que despierte las críticas de los observadores con orientación empírica, pero su estructura poco convencional puede representar paradójicamente la fuerza del modelo.

Cuarto, al contribuir a una base más natural, cosmológica y ontológica, desde la cual se ve al individuo como un ser inmerso en el medio ambiente, en vez de una construcción más racional de éste en relación con el medio ambiente, el modelo no asume ni presenta al individuo como un ser diferenciado y situado en una posición de privilegio. El yo está descentralizado e inmerso en contextos de tiempo y espacio, junto con los demás componentes de un entorno inseparable. La armonía y el equilibrio en este sentido fluido y global no se basan en el determinismo individual o casual, sino en todos los elementos que constituyen el contexto. La armonía y el equilibrio no se centran en el determinismo individual, sino en todos los elementos que conforman el contexto.

Quinto, el modelo es relacional y parece ser igual de útil aplicado a individuos y a colectivos. Durante los últimos cuatro años, se han recopilado estudios de casos de aplicación del modelo(5) en un amplio espectro, desde la vida neonatal hasta el final de la vida, desde individuos hasta organizaciones y comunidades, y a través de las categorías médicas de rehabilitación y salud mental.

Por último, puesto que es culturalmente relevante, todas las premisas universales del modelo y su aplicabilidad están descartadas, el modelo es susceptible de cambio por los terapeutas ocupacionales en sus conceptos y estructura, para que encaje con los contextos sociales y culturales específicos de sus diversos clientes. Aunque el modelo procede del contexto cultural japonés, el modelo kawa no debería ser considerado como culturalmente exclusivo. La utilidad de este modelo en poblaciones diferentes depende de la relevancia de la metáfora del río. Después de la presentación del modelo fuera de Japón (6-13), diversos grupos de profesionales de otros contextos culturales de los cuatro continentes han comenzado a usarlo, adaptándolo libremente para que encajen las necesidades culturales y características únicas de sus prácticas. El modelo debería emplearse como una herramienta para entender y apreciar mejor los complejos mundos ocupacionales y puntos de vista de los clientes, y nunca como un marco de trabajo universal destinado a influir en clientes dóciles y subordinados.

MODELOS CONCEPTUALES CULTURALMENTE SEGUROS

En las dos últimas décadas, los expertos en enfermería y salud de Aotearoa (término maorí para Nueva Zelanda) han demostrado al mundo la importancia de la seguridad cultural1-14, un marco de referencia por el cual las relaciones de poder entre los profesionales de la salud y las personas a las que sirven se consideran de una forma crítica. El impacto actual de los procesos históricos, sociales y políticos en las singularidades de la salud de las minorías, en el contexto de Aotearoa y fuera de él, tiene implicaciones importantes para la equidad, donde quiera que se describan, coordinen y evalúen las cuestiones de salud de un grupo particular por parte de otro grupo cultural y sus principios. La idea de la seguridad cultural guarda especial relación con los terapeutas ocupacionales, cuando llevan sus ideas y procesos a dominios culturales nuevos, incluida la vida de personas marginadas y desafiliadas. Con frecuencia, los receptores están en posiciones de debilidad y desventaja, y terminan siendo más discriminados por unos principios y normas que provienen de un contexto diferente. Además, es posible que carezcan de la experiencia y medios para examinar con rigor la veracidad, utilidad y seguridad cultural del material que utilizan.

Existen también cuestiones relevantes sobre la seguridad cultural en la interacción entre la construcción teórica y la aplicación práctica. Las teorías y los modelos se desarrollan con frecuencia en ámbitos académicos muy alejados de las personas a las que se aplican, que se hallan inmersas en contextos de práctica diversos, dinámicos y cambiantes. Cuando nos preguntamos de dónde vienen las ideas, y quién ha participado en la producción de dicho conocimiento, obtenemos alguna idea sobre las razones de la laguna que parece existir entre la teoría y la práctica, y entre los académicos y los profesionales que ejercen.

La cultura representa mucho más que las características materiales que distingue a unas personas de otras. Es un fenómeno dinámico, una interacción compleja de significados que representa y conforma la vida individual y colectiva de las personas. Hasta ahora, los terapeutas ocupacionales, realmente, no han llevado sus análisis de la cultura más allá de la competencia cultural15, no han considerado que la cultura sea una parte integral de los modelos conceptuales, teoría y epistemología de la terapia ocupacional. Por lo tanto, cuando intentamos desarrollar modelos de terapia ocupacional seguros y con relevancia cultural, debemos esperar alguna continuidad fundamental entre la cultura (significados compartidos), ontología (visión de la verdad), y epistemología (filosofía del conocimiento) de los creadores del modelo y sus modelos.

 

EL MODELO KAWA

EL SELF CENTRALIZADO Y DESCENTRALIZADO: EQUILIBRIO, CONTROL Y ARMONIA

El cómo uno construye el mundo y sitúa al individuo en relación a él influye fundamentalmente en las conceptualizaciones y significados de la ocupación. Las interpretaciones y significados de lo que la gente hace en el mundo varían según si se cree que el individuo está situado en una privilegiada posición central en relación con un entorno diferenciado y separado, o si se cree que es simplemente una parte integrada en el universo («no menos que los árboles y las estrellas»)16. La existencia de puntos de vista alternativos desafía la premisa universal de los modelos de terapia ocupacional. Se somete a debate la adecuación de los marcos de referencia teóricos existentes para explicar el fenómeno ocupacional.

Nuestros modelos conceptuales de terapia ocupacional son el resultado de un punto de vista dominante sobre el self propio de las culturas septentrionales y occidentales. Estos modelos sitúan al individuo en el centro, separado de un entorno diferenciado que éste «ocupa» mediante la acción propositiva o racional o del «hacer». El bienestar coincide con el equilibrio entre el individuo y el entorno de éste. El equilibrio en este sentido no es necesariamente el tipo de equilibrio indicado por el valor «cero» en una escala de medida, sino más bien un estado en el cual un individuo privilegiado es capaz de explotar el entorno y ejercer control sobre sus circunstancias. Este sentido de mediación implica un sentido de derecho de hacer en el presente algo que se extienda temporalmente en el futuro. Nosotros, no sólo esperamos controlar nuestras circunstancias inmediatas, sino también fijar objetivos futuros con el fin de controlar nuestro propio destino. Entonces, no es sorprendente el ver que esa independencia, autonomía, igualitarismo, y autodeterminismo son los ideales ensalzados que implican un punto de vista común y un patrón de valores compartido entre la ideología de la terapia ocupacional dominante y el contexto social occidental que la impulsó2.

En el artículo anterior(Aspectos de significado, cultura e inclusión) se presentó brevemente el mito cosmológico del Asia oriental para iluminar las posibles implicaciones de una ontología alternativa, o visión del mundo, con relación al individuo. Una diferencia remarcable en la versión oriental es que el individuo se interpreta como una de las muchas partes de un todo inseparable. Uno no necesita «ocupar» nada porque ya está ahí. Por consiguiente, el individuo está descentralizado y no se le concede privilegio exclusivo para administrar o ejercer un control unilateral sobre su hábitat o circunstancias.

La orientación temporal se ocupa del ser aquí y ahora, ni el pasado ni el futuro se consideran productos de nuestra propia cosecha. Se llega al estado de bienestar cuando todos los elementos en el medio, incluido el individuo, coexisten en armonía. La alteración de esta armonía dificulta la sinergia colectiva o corriente vital. «Ampliar o restablecer la armonía» reemplaza el «posibilitar el control unilateral», como objetivo primario de la terapia ocupacional en muchos contextos no occidentales.

La ontología subyacente del marco de trabajo de kawa es la armonía –un estado de ser individual o colectivo, en el cual, el sujeto –individuo o comunidad– está en equilibrio con el contexto que le rodea. Aquí, la esencia de dicha armonía se define como «energía vital» o «flujo vital». El propósito de la terapia ocupacional es ayudar al sujeto a ampliar y equilibrar su flujo. En este equilibrio hay coexistencia, una sinergia entre elementos que afirman la interdependencia. ¿Cómo puede uno llegar a un acuerdo con estas circunstancias? ¿Cómo puede la armonía entre los elementos, de los que uno es simplemente una parte, hacerse realidad? ¿Qué alcance tiene y cómo puede ayudar la terapia ocupacional?

ESTRUCTURA Y COMPONENTES DEL MODELO KAWA

Esta perspectiva de la armonía en la vida entre el individuo y el contexto, y su relación con el bienestar, puede ser difícil de transmitir verbalmente. La dinámica podría explicarse mejor mediante una metáfora conocida (17) de la naturaleza. La vida es un viaje complejo y profundo que fluye a través del tiempo y el espacio como un río (véase Fig. 1).

El estado de bienestar óptimo en la vida o río de uno puede representarse metafóricamente por medio de una imagen de corriente fuerte, profunda y libre de obstáculos.

 

 

Figura 1. La vida es como un río, que fluye desde el nacimiento hasta su muerte.

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Ciertas estructuras y componentes de un río pueden afectar a su curso. Las rocas (circunstancias de la vida), las paredes y el lecho del río (entorno), y los troncos que arrastra (recursos y desventajas) son todas partes inseparables de un río que determinan su curso (véase Fig. 2). Por lo tanto, el propósito de la terapia ocupacional desde esta perspectiva es ayudar a aumentar y mejorar el flujo vital.

MIZU (AGUA)

Mizu, término japonés para designar al agua, es el concepto unificador en el modelo Kawa. Fluidez, pureza, espíritu, limpieza y renovación son sólo algunos de los significados y funciones comúnmente asociadas con este elemento natural. El agua se utiliza metafóricamente para representar la energía o flujo vital del sujeto. Sin el agua no habría río, es el elemento que agrupa las rocas, paredes y lecho, y el resto de las partes del conjunto. El agua envuelve, define y afecta todos estos elementos de forma similar a la que éstos afectan al volumen, forma y velocidad del curso del agua.

Cuando la energía o flujo se debilita, el cliente o la comunidad pueden ser calificados como insanos, o en un estado de no armonía. Cuando la energía vital deja de fluir por completo, bloqueada por las circunstancias de la vida o de la naturaleza, o cuando el río da paso a un vasto océano, implica la muerte y se anuncia la culminación de una parte de un ciclo perpetuo.

El agua es un líquido y adopta la forma del recipiente. Los japoneses ven una metáfora de esto en su experiencia e interpretación del contexto social como algo que da forma al ser individual. Con una visión del cosmos que se opone a la separación racional del mundo que nos rodea en partes concretas, el japonés de a pie se siente parte del colectivo (18), otorgándole mucho mayor valor al individuo inmerso en una red de relaciones(18-20), sentimientos de pertenencia20, e interdependencia, que a una relación unilateral y a las actividades de uno mismo. De la misma forma que el agua, en un momento dado, varía de dirección, velocidad, volumen y claridad de su corriente, dependiendo de los elementos que la rodean y condiciones, el individuo está profundamente influido e incluso determinado por el contexto social que le rodea en un momento y lugar determinado. La fuerza vital que guía al individuo está interconectada con los que comparte el mismo marco social (ba) (18), similar a la forma en que el agua entra en contacto, se conecta y se relaciona con el resto de los elementos de un río que tienen unos efectos que varían su forma y flujo.

 

 

Figura 2. La visión transversal del río en cualquier punto determinado a lo largo de su curso permite entender las condiciones de vida desde la posición estratégica de los clientes. La calidad del flujo del agua se ve afectada por las paredes y el lecho del río, y por rocas y troncos. Donde haya una necesidad de ampliar el flujo de la corriente, existe la necesidad de terapia ocupacional.

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En el modelo Kawa, el estado de bienestar del sujeto coincide con el flujo vital. El principal objetivo de la terapia ocupacional es mejorar el flujo vital, tanto si se interpreta de forma individual como institucional, organizacional, colectiva o social. De la misma forma que puede haber muchos elementos interrelacionados en un río que afecten a la corriente del agua, hay una combinación de circunstancias y estructuras medioambientales en el contexto de la vida que están inextricablemente vinculadas al flujo vital del sujeto.

KAWA NO SOKU HEKI (PAREDES DEL RÍO) Y KAWA NO ZOKO (LECHO DEL RÍO)

Las paredes y el lecho del río son utilizados en el léxico japonés como kawa no soku heki y kawa no zoko. En el modelo, estos elementos representan el entorno del sujeto. Las paredes y el lecho del kawa representan los determinantes más importantes del flujo vital de un japonés por la primacía que el contexto medioambiental tiene en la construcción del self japonés, en una sociedad colectivamente orientada y de los significados consiguientes en la acción personal. Frecuentemente, representan el contexto social del sujeto –principalmente, aquellas personas que comparten una relación directa con el sujeto. Dependiendo del marco social o ba (18), que se perciba por el sujeto como el más importante en cada caso, las paredes y el lecho del río pueden representar a los miembros de la familia, los compañeros de trabajo, los amigos, compañeros de clase, etc. En Japón, las relaciones sociales se consideran como un determinante central (18) del flujo vital individual o colectivo.

Los aspectos que rodean al marco social, como, por ejemplo, las relaciones problemáticas, pueden limitar el flujo global (volumen y velocidad) del kawa. Un descenso en el volumen del flujo puede precipitar un efecto negativo agravante en los otros elementos que hay en el cauce (véase Fig.3). Si hay rocas grandes u otras obstrucciones en la corriente de agua, cuando el grosor de las paredes y del lecho del río se acumulan, la corriente del río entra en peligro. Como veremos, las rocas pueden embarrancarse en las paredes y el lecho del río, creando mayores impedimentos al flujo normal del río. Cuando aplicamos el modelo de kawa a poblaciones colectivamente orientadas, estos componentes y las percepciones de su importancia ejercerán un mayor efecto.

Como otros elementos del río, estas características siempre se interpretan en relación al todo, teniendo en consideración los demás elementos de contexto del sujeto, y sus interrelaciones e interdependencias.

IWAS (ROCAS)

Iwa es el término japonés para referirse a las rocas. En el modelo representan las circunstancias concretas que se consideran como impedimentos para el flujo vital del individuo. Iwa representa las circunstancias de la vida del sujeto que se perciben como problemáticas y difíciles de superar. La mayoría de los ríos, como la vida de las personas, poseen estas rocas o impedimentos, de diversos tamaños, formas y cuantía. Las grandes rocas, por sí mismas o en combinación con otras rocas, presionadas directa o indirectamente contra las paredes y el lecho del río pueden impedir y obstaculizar el flujo. Su aparición puede ser inesperada, como una enfermedad o lesión repentina, o pueden ser graduales y permanentes, como las enfermedades crónicas o congénitas. La capacidad de obstruir de iwa puede ser múltiple cuando se sitúan contra las paredes del río y su lecho y, por tanto, se combinan con ellas (el medioambiente). Por ejemplo, la presencia de dificultades funcionales asociadas a un problema neurológico pueden ser un obstáculo en sí mismo, pero cuando estas dificultades tienen lugar en el contexto de un medio laboral y/o social que no tolera a las personas con discapacidad; las barreras que impiden a la persona el retornar al trabajo pueden ser insalvables.

Iwa no se refiere siempre a problemas de índole médico, ni están limitados al contexto individual. Por ejemplo, una asociación de Terapia Ocupacional (río) que organiza una conferencia internacional puede padecer el obstáculo inesperado del efecto de una epidemia viral del tipo del Síndrome Respiratorio Agudo (SARS, por sus siglas en inglés) (rocas): el efecto obstructivo del virus se puede componer de las actitudes suspicaces y por la ansiedad por parte de los delegados (las paredes del río y el lecho) que, en consecuencia, son reacios a participar en la conferencia. La cancelación de los vuelos internacionales al país del congreso, así como la necesidad de estar en cuarentena una vez vuelvan los delegados a sus países de origen, representan otra iwa que puede dificultar aun más el flujo.

Tanto los conceptos, como la aplicación contextual del modelo Kawa son adaptables, tomando los elementos importantes y su configuración de la situación del sujeto en un determinado lugar y tiempo. La definición de los problemas y de las circunstancias es amplia –como amplios y diversos son el mundo de significados de nuestros clientes–. A su vez, esta particular conceptualización de las personas y sus circunstancias vaticinan una mirada amplia y global de las intervenciones de terapia ocupacional, cuando se establece en determinados contextos culturales.

 

 

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Figura 3. La forma y el estado del agua, o flujo vital, están determinados por la interacción entre las rocas (problemas), los troncos que arrastra (recursos y desventajas), y las paredes y el lecho del río (entorno). Las rocas aumentan en tamaño, forma y número, situándose a lo largo de un entorno dinámico y obstaculizador, que atrapa a los troncos. El curso de la vida está en peligro, indicando la necesidad de la terapia ocupacional.

 

 

A nivel individual y colectivo, el iwa específico, su número, magnitud, forma y situación en el río, están determinados por el sujeto o los sujetos. En las sociedades colectivamente orientadas como Japón, la determinación de iwa, como todos los demás elementos del modelo, emana de los miembros de la familia o de la comunidad de personas conectadas con la problemática en cuestión.

RYUBOKY (TRONCOS)

Ryuboku es la expresión japonesa de tronco. Ryu literalmente significa flujo, y moku (el cual cambia en pronunciación a boku cuando se compone de este prefijo) significa madera. Hay una cierta evocación de la fe o serenidad asociado con este concepto. Ryuboku en el modelo Kawa representa los atributos personales del sujeto, tales como los valores (por ejemplo, la honestidad) el carácter (por ejemplo, el optimismo, ser pertinaz), la personalidad (por ejemplo, el ser reservado), habilidades especiales (por ejemplo, la carpintería, hablar en público), los recursos no materiales (la amistad, las relaciones familiares) y materiales (el bienestar económico o ayudas técnicas) que pueden afectar positivamente o negativamente a las circunstancias de la persona y su flujo vital. Como los troncos son transitorios en su naturaleza, pueden ser insignificantes en unas situaciones y extremadamente importantes en otras, especialmente, cuando se depositan entre o contra iwa (las rocas) y kawa no soku heki y kawa no zoko (las paredes del río y el lecho) impidiendo el flujo. Por el contrario, pueden colisionar con las mismas estructuras eliminando los obstáculos del cauce. En el ejemplo utilizado anteriormente de una persona que desea volver a su trabajo después de una problemática neurológica, la condición del sujeto puede suponer un tronco importante que se deposita contra las demás estructuras y dificulta aun más superar las barreras. El tener recursos económicos para poder comprar ayudas técnicas y disponer de servicios de rehabilitación puede ser un tronco que impacte contra los elementos que obstaculizan el flujo, abriendo una vía en la vida de la persona para que fluya con fuerza.

Los troncos son parte del río de todas las personas y son componentes intangibles en cada usuario de terapia ocupacional. Los terapeutas efectivos ponen especial atención a estos componentes desfavorables o favorables de un cliente o comunidad, y consideran su impacto real en la situación del cliente.

SUKIMA (ESPACIOS ENTRE LAS OBSTRUCCIONES): LA PROMESA DE LA TERAPIA OCUPACIONAL)

Para el terapeuta ocupacional, los sukima (los espacios entre las rocas, los
troncos, las paredes del río y el lecho) son tan importantes como todos los demás elementos del río a la hora de implementar la terapia ocupacional. En el
modelo Kawa éstas son las áreas a través de las cuales la energía vital del cliente (el agua) continua su flujo. Son los temas que la persona valora y estima que vale la pena involucrarse en ellos. En un sentido extremo son las razones que mantienen viva a la persona y le dan esperanza en un nuevo día. Por ejemplo, el espacio entre un impedimento funcional, como puede ser la artritis (un iwa o roca) y un grupo social o una persona (representada por las paredes del río y el lecho) puede representar un determinado rol social, como el de padre o madre, trabajador, amigo, etc. El agua que fluye de forma natural a través de este sukima puede trabajar para erosionar el iwa (o roca) y las paredes del río y su lecho y con el tiempo transformarlos en un cauce mayor para el flujo vital (ver Fig. 4). Este efecto refleja el potencial terapéutico latente en cada sujeto inseparable de la entidad del self y del contexto que le rodea. Por lo tanto, el terapeuta ocupacional en esta perspectiva deja su sello personal de trabajar con las capacidades del cliente y sus recursos. El modelo también dirige la intervención del terapeuta ocupacional hacia todos los elementos (en este caso, un problema de índole médica, y a varios aspectos del medio ambiente) en el contexto (Fig. 4).

Los espacios, entonces, representan un foco importante para la terapia ocupacional. Se producen a través del contexto del self y del medio, entre las iwa, kawa no soku heki y kawa no zoko, y el ryuboku. Sukima entiende el medio como parte de un contexto mayor del problema y expande el campo de intervención para integrar de forma natural lo que, en el sentido occidental, habría sido tratado de forma separada a través del dualismo de lo interno (perteneciente al self y a los atributos personales) y lo externo (el medio, construido como separado y exterior al self). El sukima los representa en numerosos puntos en el flujo del cliente, permitiendo al cliente y al terapeuta determinar los múltiples puntos y niveles de intervención (véase Fig.5).

Más que intentar reducir los problemas de la persona a temas concretos y aislados situados en un contexto particular, en la forma racional en la que los problemas del cliente se detectan, nominan concretamente y diagnostican en la forma de intervención convencional occidental (por ejemplo, focalizándose tan solo en iwa), el marco de referencia del modelo Kawa desafía al terapeuta a ver y a tratar a la persona de una forma holística, unificada e inseparable del contexto. La ocupación es vista de forma holística, e incluye el significado de la
actividad para el self y para la comunidad a la cual el individuo pertenece de
forma inseparable, y no se ve sólo en función de los componentes biomecánicos, o de la patología individual y de la función. Los fenómenos y las circunstancias de la vida raramente ocurren de forma aislada. El cambio en un solo aspecto del mundo del cliente, implica cambios en otros aspectos. El sukima representa las oportunidades para resolver los problemas y focaliza la terapia en los atributos positivos y en las circunstancias, las cuales pueden tener escasa relación directa con la condición médica de la persona o su diagnóstico.

 

 

Figura 4. Los espacios o sukima suministran los focos potenciales para la terapia ocupacional. La intervención puede ser multidimensional y puede incluir
el romper o erosionar el problema (médico), que limita las habilidades personales y/o maximizar los recursos personales, además de intervenir en los elementos del medio ambiente (incluido el social y el físico). Usar el agua en estos elementos para erosionarlos o eliminarlos es la metáfora para que los clientes usen sus propias habilidades o fuerza de vida.

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Al utilizar el modelo, los terapeutas ocupacionales, en colaboración con los clientes, están trabajando directamente hacía la eliminación de las obstrucciones futuras de la energía vital o del flujo y pueden buscar oportunidades para incrementarlo (véase Fig.6).

 

 

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Figura 5. La terapia ocupacional ayuda a identificar los espacios el agua (la fuerza de vida) todavía puede fluir y dirige el agua a través de los espacios, sobre las rocas (problemas y obstáculos), troncos (fortalezas, capacidades y recursos) y las paredes del río y el lecho (el contexto medioambiental), erosionando las superficies, y  por consiguiente, aumentando el flujo vital-

 

ALGUNAS CONSIDERACIONES

El modelo es tan poderoso como la metáfora que lo representa en el contexto cultural en que se aplica. Se aconseja a los terapeutas que apliquen el modelo Kawa en nuevos contextos que eviten transferir sus propios puntos de vista sobre la metáfora al cliente. Además, se debe ser cuidadoso para permitir a las personas expresar su propia situación al terapeuta, en la medida en que sean capaces. El terapeuta puede empezar diciendo: «si definieras tu vida actual a través de la metáfora de un río, ¿cómo sería ese río?». Esto se puede argumentar diciendo «aquí está el dibujo de mi río, y aquí están sus elementos; así es como mi vida fluye en este momento, ¿qué sucede con la tuya?» Al principio puede que los clientes sólo sean capaces de expresar una parte de las percepciones sobre sus circunstancias, pero esas percepciones pueden aumentar a medida que los clientes son más conscientes de su propia situación y del contexto que les rodea.

DISCUSIÓN

A medida que la terapia ocupacional avance a través de nuevas fronteras culturales, la diversidad de los contextos en los cuales las personas definen lo que es importante y valioso en su vida diaria, con relación a sus estados de bienestar, continuará aumentando. La guerra, los campamentos de refugiados, la opresión política, la pobreza, la exclusión y los barrios de chabolas representan los contextos de vida real de millones de personas. Estos contextos cada vez más extendidos serán un reto para el significado y la eficacia de la terapia ocupacional en esta era. ¿Cambiarán nuestras teorías y métodos de aplicación, que reflejan normas propias de una clase media occidental, para adaptarse a estas demandas de la sociedad?

La terapia ocupacional avanza cuando los clientes permiten a los terapeutas ocupacionales el privilegio de interesarse en sus circunstancias diarias y en sus mundos de significado. Para apreciar la compleja dinámica entre las realidades de las personas en su día a día y sus contextos, y desarrollar intervenciones significativas para fomentar un estado de armonía en la vida de las personas, los terapeutas ocupacionales precisan enfoques guiados y estructurados por teorías con relevancia cultural para nuestros clientes. El modelo Kawa es un ejemplo del material que los terapeutas ocupacionales pueden desarrollar para mantener su relevancia y su efectividad y trascender las barreras culturales. El «progreso del hombre» en la civilización occidental, con el consiguiente dominio de la naturaleza, y la celebración de la autonomía y el ideal de independencia, contrasta abiertamente con las ideologías y las tradiciones filosóficas orientales. Aunque la naturaleza es el mayor contexto que nos rodea, con frecuencia, se la ignora y se niega su lugar fundamental y su poder para dar forma a nuestros patrones de vida y a los significados de lo que hacemos. Nuestras teorías actuales en terapia ocupacional reflejan estos aprendizajes al situar al individuo en el lugar central de privilegio, como agente, distinto del mundo y de las circunstancias que precisan ser controladas. Nuestros modelos conceptuales parecen racionalizar la experiencia humana y, a veces, emplean jergas y metáforas que favorecen formas mecánicas para describirlo.

Los terapeutas ocupacionales japoneses, que han creado el modelo Kawa a partir de su práctica cotidiana, pretenden recordar a sus colegas internacionales la primacía y la importancia de la naturaleza como contexto, y como sus leyes deben estar fundamentalmente presentes en nuestras epistemologías, teoría y práctica. A pesar de que el hombre occidental ha luchado por trascender y dominar a la naturaleza, la tierra sigue girando en su órbita alrededor del sol, las mareas y las estaciones continúan su sucesión, y la vida y la muerte continúan su irremediable ciclo. Desde el momento en que existe una necesidad de armonía entre el self y el contexto, existe una necesidad de terapia ocupacional.

 

 

Figura 6. El poder de la terapia ocupacional radica en incrementar el flujo vital. Puede que todos los obstáculos no sean eliminados; algunos pueden permanecer inalterados. Sin embargo, la vida fluye con más fuerza, a pesarde los obstáculos y los desafíos.

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No hay un self centralizado y diferenciado en el modelo Kawa. La metáfora del río, por completo, representa al sujeto, que puede ser una persona, grupo, comunidad u organización, inmersa en su contexto. En el modelo Kawa no es imperativo que los individuos tomen el control de las circunstancias, sino que se dirige a buscar una forma de vivir en armonía con ellas. La idea de un self omnipresente que se opone y que directamente se ocupa de las barreras que impiden el destino deseado da paso a una perspectiva alternativa que busca la armonía a través de la coexistencia y la cooperación. El modelo Kawa no es contrario a tomar vías directas y racionales hacia un mejor estado, sino que identifica éstas como una más de las distintas posibilidades. El agua, la fuerza de vida se comparte. El agua fluye entre y alrededor de las barreras, encuentra y un equilibrio que tiene en cuenta todos los elementos en el contexto que le rodea y, por lo tanto, es la esencia en esta metáfora para la ocupación.

Junto a este reconocimiento de la primacía de la naturaleza en la experiencia humana, el modelo Kawa también sirve como prototipo para entender el empleo de conceptualizaciones teóricas en nuestra profesión. En esta era post-moderna que reconoce la relatividad cultural, distintos puntos de vista sobre el mundo, e interpretaciones sobre la vida, no se puede sostener una rígida explicación sobre la ocupación y el bienestar. Esa noción limitaría la relevancia cultural y el significado para nuestros diversos clientes. En muchos casos hemos crecido acostumbrados a ejercer nuestra autoridad profesional exigiendo a nuestros clientes atenerse a nuestras creencias culturalmente basadas en el desempeño ocupacional normal. La terapia ocupacional, en su sentido ideal, debería ser tan única como sus clientes, cambiando su forma y enfoque de acuerdo con las diversas circunstancias de nuestros clientes y su comprensión del bienestar. Para acercarnos a este ideal, los modelos conceptuales y las teorías deben estar mejor estructuradas, y elaborarse, a partir de la dinámica que se produce entre el terapeuta ocupacional y el cliente.

El modelo Kawa sólo llega hasta la metáfora de la naturaleza, del agua y de otros elementos del río y, esencialmente, requiere que los clientes y los terapeutas ocupacionales establezcan relaciones de confianza que afirmarán y se basarán en la importancia del mundo de significados del cliente. El modelo Kawa intenta establecer un marco de referencia para conducir a las personas y a sus realidades cotidianas a un mayor estado de armonía y de sincronicidad. Representa un intento muy novedoso por parte de los terapeutas ocupacionales para basar su práctica en una forma culturalmente segura y significativa, y poderosamente beneficiosa para sus clientes.

 

Este articulo está tomado de la obra Kronenberg, Simó Algado y Pollard "Terapia ocupacional sin fronteras". © Editorial Médica Panamericana
Para más información del libro: http://www.medicapanamericana.com/boton.act/masinfo.asp?libro=976

Para más información sobre el modelo Kawa:
http://www.kawamodel.com/

 

 

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Revista Gallega de Terapia Ocupacional TOG. www.revistatog.com. Número 8. Septiembre 2008

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